Confesaré que fue una noche de rotundo desvelo, de la cual me arrepentiría al día siguiente, puesto que debía levantarme temprano, pero realmente lo valió, fue de esos momentos en los que realmente disfrutas mucho algo.
Es de esas historias que te cuentan el lado magnifico de las debilidades humanas, combinada con poderes divinos y trabajos simples, que van desde limpiar un baño hasta asesinar a alguien por una paga mínima. Sin mencionar que el arte es de primera en cada página y cada detalle.