domingo, 2 de febrero de 2014

Kindness

Amabilidad, una de mis palabras favoritas, aunque no sé desde donde una persona comienza a ser amable y cuando deja de serlo realmente, muchas cosas se pueden confundir. Y de nuevo me encuentro a mi misma buscando salidas para mi vida, esa vida que aún intento controlar y permanecer lo más amable posible, lo más humilde, lo más libre y lo más puro, dentro de mi no sólo cambia mi cuerpo, mis células, mi organismo, posiblemente en este momento esté desarrollando cáncer o simplemente genere hemoglobina nueva o este fagocitando la vieja, pero mientras sucede todo eso, mi cerebro piensa, me ayuda a descifrar respuestas para los enigmas y los problemas que se me presentan cada día, pero la que realmente me mantiene viva, la que me recuerda porque respiro y porque late mi corazón a 70 latidos por minuto en promedio, es mi alma. Cada vez que alguna palabra me hiere, cada vez que mi vida parece no tener una mejor opción, mi alma me responde con mis sentimientos, con mis sentidos, me ayuda a poder mantener la fuerza para seguir. Nada de debilidades, ya no eres una niña, a tus 21 años eres muy afortunada, al tener una casa, una familia, comida, ropa, una educación, y vaya que lo soy, soy realmente bendecida, trato de dar gracias por eso todos los días. Pero a veces siento que no es suficiente, que aún me falta trabajar, y que me atengo a mucho, que lo difícil me puede derrumbar, que alguien pueda dañar a mi familia, que mi familia se dañé a sí misma y se separé. Siempre habrá todo eso, eso es lo que me recuerda que no puedo seguir esperando entradas y salidas fáciles, mucho menos esperar que algún día todo mágicamente se vuelva felicidad, pero aún así lo deseo, deseo la felicidad, para mi familia, para el mundo y luego para mi. Y no dejaré de esperarla, nunca me cansare de esperarla, porque sólo así sabré que tengo algo por lo que vivir. 


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